U2 - Songs of Innocence

Bono viaja a su infancia en un grupo de canciones que exploran su educación sentimental

5 estrellas (Universal)

Ninguna otra banda de rock sabe renacer como lo hace U2. Y ninguna otra banda cree que necesita renacer con tanta asiduidad como U2. Por eso, Songs of Innocence, el primer álbum de estudio de U2 en cinco años, es un triunfo y un renacimiento dinámico y concentrado: once tracks de franco embeleso sobre los poderes salvadores de la música, que recurren a la larga paleta de influencias e investigaciones de U2 del post-punk, la electrónica industrial y el dance contemporáneo. Songs of Innocence es una referencia a una colección de poemas de William Blake de 1789 sobre la infancia, etapa en la vida de los hombres en que todo es descubrimiento. Es la primera vez que, para llegar a la metamorfosis, vuelven hacia atrás y hacia adentro, a sus vidas y sus experiencias de niños camino a una adultez incierta (y a su banda) en Dublín. Para U2 el primer paso para salir de Dublín fue el sonido de una voz, y la mencionan en el track que abre el disco, "The Miracle (of Joey Ramone)". Es un homenaje con un enorme riff de guitarra y un beat como una pisada de dinosaurio, recubierto con una dulzura vocal digna de unas Ronettes galácticas. "Me desperté", canta Bono, "en el momento en que ocurrió el milagro/ Escuché una canción que le daba sentido al mundo". Este álbum ya era famoso antes de que saliera, por sus deadlines incumplidos y por la indecisión que sugerían sus múltiples productores: Danger Mouse, Paul Epworth, que lanzó a la fama a Adele, y Ryan Tedder, de One Republic. Los créditos pueden confundir, pero no hay momento en que los sonidos parezcan obra de alguien más que de estos cuatro que realmente vivieron estas historias.